El órgano de San Pedro de Puente la Reina es una pequeña joya que pasó desapercibida durante muchos años. Es un instrumento con un teclado de 45 notas y una composición tímbrica basada en un violón de 8, ya que su ubicación no permite contar con un flautado dentro del mueble. Fue construido, según la firma que se encuentra en su secreto, por Ramón de Tarazona, uno de los últimos organeros de la gloriosa escuela de organería de Lerín. Corría el año de 1762.
El elemento que más llama la atención de este instrumento es quizá la decoración de su caja, integrada por pinturas que recrean escenas de Puente la Reina dentro de un estilo marcadamente rural.
En cuanto a su sonoridad, esta se encuentra perfectamente adecuada al espacio de San Pedro, una iglesia de tamaño mediano muy acogedora.